Secuelas y secundarios

Vivimos una época para valientes y estamos demostrando que lo somos. Cada persona está asumiendo la responsabilidad de decidir. Sin seguridad, porque aún no conocemos lo suficiente, y arriesgando, ya que si algo sabemos es que cada opción, el no, el sí y el cuál tiene sus ventajas e inconvenientes, sus posibles consecuencias, para la salud, sociales e incluso laborales.

Lo natural y esperado es de que cada vez más personas de las que se infectan o sensibilizan de forma natural o inducida continúen con salud o la recuperen pronto, y confío en que en poco tiempo así sea.

Hasta entonces, no me vale como respuesta “es normal”, para quiénes en un caso u otro no se sienten bien. Y no me vale, porque se puede evitar.

Hayas pasado la infección con más o menos síntomas por contagio natural, o si te has inoculado moléculas o pequeños organismos con el objetivo de disminuir la posibilidad de sufrir una forma grave de enfermedad, si van pasando los días y sientes hinchazón, cansancio, inflamación general del cuerpo, e incluso algún ganglio que está más grande, hay una proteína que se extrae del suero de leche: lactoferrina. Contribuye a modular el Sistema Inmune, calmando la inflamación sin restar eficacia, y además es fijadora de hierro, importante cuando a causa de infección natural se produce anemia.

En ambos casos, si el cansancio es importante, hay molestias musculares o si observamos que afecta a hígado o al riñón o a la piel, una proteína de suero de muy buena calidad, que sea biológicamente activa, rica en precursores de glutatión, y que garantice que la lactoferrina ha sido obtenida por ultrafiltrado, es una opción aún más completa.

He observado también que algunas personas con tendencia a una inmunidad más reactiva, tras la inmunización inducida, presentan algún inicio o aumento de trastorno autoinmune, eccemas, inflamación articular, molestias intestinales… En estos casos, según mi experiencia, ayudan restablecer el equilibrio modulador con cordiceps, boswellia, Zinc, Manganeso y vitaminas C y D.

Y en las ocasiones en las que aparece un dolor neuropático, fuerte y normalmente localizado, que se calma con dificultad y sólo con medicación fuerte, un hongo, melena de león contribuye a regenerar el nervio dañado. También acelera la recuperación de gusto y olfato.

Existen productos naturales que potencian tu salud y bienestar si te encuentras en alguno de estos casos, siempre eligiendo los de muy buena calidad, y consultando con tu profesional de salud de confianza los más adecuados para ti.

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