VACACIONES CONSCIENTES

Es posible que en estos días estés disfrutando de tus merecidas vacaciones, o que justo ahora sea tu temporada más fuerte de trabajo, antesala del soñado descanso que te aguarda a la vuelta de unos cuantos días de aportar lo mejor de ti.

Ahora, o en un ahora muy próximo, la vida te brinda un tiempo que se tatuará en tu piel, al menos, hasta las próximas vacaciones.

Una oportunidad única para estar contigo y con quién o quiénes sientas vida, paz, entusiasmo, luz… También puedes esforzarte y regalar tu tiempo a personas con las que preferirías no estar. Es muy comprensible, sobre todo si crees que te garantiza su misma compañía en tus próximos días libres. Tienes todo el derecho del mundo a no querer disfrutar, pensar que no lo mereces o tener miedo a sentir, a las relaciones humanas reales, a estar contigo y a vivir. Solo te invito a que, elijas lo que elijas, seas consciente de ello.

Los demás aspectos de la salud son muy parecidos, una continua bifurcación entre huir o estar, dañarnos o amarnos.

No soy amiga del orgullo del perfeccionismo extremo, fuente de frustración, rigidez y en ocasiones de desprecio, y a la vez me resisto a comprar el humo vacío de la dejadez y astenia disfrazadas de relativa dignidad.

Entre unas estresantes “vacaciones con alarma, cronómetro, cuenta-calorías y el atuendo más recomendado por los expertos” y el ya gastado “si me tengo que comer, beber, fumar… todo lo que pongan por delante, lo voy a hacer porque no me queda más remedio”, existe un precioso espacio lleno de posibilidades. Una sala de juegos a tu disposición, en la que elegir a cada momento:

  • Dormir más y descansar o ganarle más horas a ese día o aquella noche.
  • Disfrutar al detalle la gastronomía del lugar o permitir al sistema digestivo y a nuestro cuerpo en general depurar y recuperar salud.
  • Hidratarnos, mejorando nuestra vitalidad y concentración o aflojar (con moderación y en un entorno amable) el control de nuestra risa y coordinación.
  • Participar en deportes con un nivel de exigencia superior al que acostumbramos o reposar y cuidar la recuperación de la energía y de las partes del cuerpo que lo necesiten.
  • Procurar el recogimiento y la introspección o la expansión y la vida social.

Es fantástico poder elegir, tener derecho a cambiar de idea, disfrutar cada día y a cada rato de lo que de verdad deseas, respetando a la vez las decisiones, con posible billete de ida y vuelta, de quienes viajan contigo.

Mi invitación en estos preciados días es a que te observes, te des el espacio suficiente para sentir lo que anhelas, y el tiempo y la atención para darte cuenta de a dónde te lleva cada decisión. ¿Cómo te percibes a nivel físico, mental, emocional…?, ¿con inquietud, dolor, ofuscación…?, ¿con paz, vitalidad, luz…?, ¿eres más feliz?

Aprovecha para grabar en tu memoria, en la de la mente y sobre todo en la del cuerpo los estados en los que te gustaría volver a sentirte. Ahora ya sabes qué opciones te llevan a ellos; desde este instante el camino a seguir en cada bifurcación es decisión tuya.

Feliz verano.